De Osaka a Tokio: ¡vive Japón con vuelos incluidos!

Ha llegado el día, ¡hoy viajamos a Japón! A la hora indicada, nos encontraremos en el aeropuerto de la ciudad de origen. Una vez hechos los trámites de facturación, embarcaremos en el vuelo con destino a Osaka, nuestro primer destino. La noche de hoy la pasaremos a bordo.

Nos despertaremos en el avión y, tras una escala en Hong Kong, llegaremos a Osaka. Al bajar, recogeremos las maletas y ya nos estará esperando nuestro guía, que nos ayudará con lo que necesitemos. Nos trasladaremos al hotel y tendremos el día libre para hacer la primera toma de contacto con la ciudad y con el país. Recuerda que el tiempo disponible para esta primera exploración puede variar en función de la hora de llegada al destino.

Osaka es una ciudad vibrante y dinámica situada en la región de Kansa. Se trata de la tercera ciudad más grande de Japón, después de Tokyo y Yokohama. Ofrece una mezcla única de modernidad y tradición, con una rica herencia cultural, una economía dinámica y numerosas atracciones turísticas que la hacen un destino fascinante para visitantes de todo el mundo. Podemos subir a la torre Tsutenkaku, un ícono de esta ciudad. Desde arriba, tendremos unas vistas panorámicas que nos van a encantar. Además, en su base, encontraremos el barrio de Shinsekai, conocido por su atmósfera retro y restaurantes de kushikatsu (brochetas empanadas y fritas). También podemos visitar el templo Shitennoji, uno de los templos budistas más antiguos de Japón. Ofrece un vistazo a la arquitectura y la historia religiosa de la región.

No podemos perdernos la vida nocturna de Osaka. Para descubrirla, nos podemos dirigir a Namba, donde hay bares, clubes y restaurantes muy característicos. Dotonbori es el distrito de la vida nocturna por excelencia, pero este lo guardamos para mañana.

Seguimos en Osaka. Tras un buen desayuno, nos encontraremos con el guía en el lobby del hotel. Empezaremos nuestra aventura visitando el castillo de Himeji. Ubicado a unos 40 minutos de Osaka, el también conocido como “castillo de la garza blanca”, es uno de los castillos más espectaculares de Japón. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, debe su apodo al color blanco de sus muros. Su impresionante arquitectura y caminos serpenteantes lo convierten en una visita imprescindible. Los jardines Koko-en, situados junto al castillo de Himeji, son un complejo de nueve jardines tradicionales japoneses de gran belleza. Diseñados en 1992 para celebrar el centenario de la ciudad, cada jardín refleja distintos estilos de la arquitectura del periodo Edo. Están separados por muros de lodo tradicionales y conectados por riachuelos y estanques. Estos jardines modernos han sido utilizados en películas y series de televisión de época.

Tras estas visitas, regresaremos a Osaka para dirigirnos al colorido mercado de Kuromon Ichiba, un mercado tradicional de carne, pescado y verdura, con muchos puestos de comida cocinada al momento, y podremos almorzar donde más nos apetezca. Después nos sumergiremos en la zona Dotonbori. El barrio de Dotonbori es uno de los principales atractivos turísticos de Osaka. Conocido por sus neones brillantes, decoraciones en las fachadas de restaurantes y su animada vida nocturna, es un lugar que no podemos dejar de visitar. Dotonbori fue una vez un importante centro de entretenimiento con teatros de kabuki y marionetas. Aunque los teatros han desaparecido, la cultura teatral sigue presente en la zona. Pasear por Dotonbori y sentir su ambiente sigue siendo un verdadero placer. Uno de los símbolos más icónicos es el neón de Glico Man, instalado en 1935. Este neón, de 20 metros de alto por 10 metros de ancho, muestra un atleta corriendo sobre una pista de atletismo azul. Por la noche, los neones iluminan todo el barrio, transformándolo por completo. Allí podemos probar deliciosa comida callejera como el takoyaki (bolas de pulpo) y el okonomiyaki (tortilla japonesa).

Empezaremos el día con el desayuno en el hotel. Hoy nos trasladaremos en transporte público a Nara, una pequeña ciudad situada a 43km de Kyoto. Nara fue la primera capital fija del Imperio Japonés y su historia se refleja en cada rincón. Aquí, el parque de los ciervos sagrados nos espera. Este es el mayor parque urbano de Japón y está poblado por amigables ciervos que deambulan libremente. Pasearemos entre estos majestuosos animales hasta llegar al Templo Todai-ji, uno de los más importantes del país. Su gran salón alberga una estatua gigante de Buda que nos dejará sin palabras.

Tras esto, continuaremos con nuestra ruta para dirigirnos a Kyoto, la antigua capital de Japón. Una vez allí, daremos un paseo y tendremos tiempo libre para el almuerzo en el barrio de Gion. Gion es conocido principalmente por conservar la imagen del Japón clásico gracias a su excelente estado de conservación y por ser el barrio de las geishas. Podemos caminar por sus calles históricas, disfrutar de casas de té tradicionales y, si tenemos suerte, ver a una geisha o maiko (aprendiz de geisha). Una geisha es una artista tradicional japonesa entrenada en diversas artes escénicas, incluyendo la música, la danza y el canto, así como en el arte de la conversación y la hospitalidad. La palabra geisha se traduce como "persona de las artes". Las maiko son las aprendices de geisha y generalmente tienen entre 15 y 20 años. Usan kimonos más coloridos y elaborados, con mangas largas y cinturones más anchos. Su peinado es más complejo y adornado con diversos accesorios. Las geishas, en cambio, usan kimonos más sobrios y elegantes, con mangas más cortas y un peinado más sencillo.

Nuestro siguiente destino es el Templo Kinkaku-ji, también conocido como el Pabellón Dorado. Este edificio de tres plantas se encuentra en un entorno sereno rodeado de un estanque llamado Kyoko-chi (Estanque del Espejo). Las dos plantas superiores del pabellón están cubiertas con láminas de oro puro, creando una imagen deslumbrante.

Continuaremos con la visita del templo de Kyomizu-dera, uno de los templos y santuarios más famosos de Japón. El significado de su nombre se traduce como “templo de agua pura”. Este nombre se deriva de las aguas prístinas de la cascada Otowa, lugar en el que se construyó el templo. También es famoso por su gran terraza de madera. El Kyomizu-dera fue fundado en el año 780 y sus estructuras actuales se erigieron en 1633. Originalmente, se asoció con una de las escuelas más antiguas del budismo japonés, la escuela Hosso. Desde 1994, el Kiyomizu-dera ha sido incluido en la lista de lugares Patrimonio Mundial de la UNESCO.

Hoy pasaremos la noche en el hotel de Kyoto.

Tenemos el día libre en Kyoto. Tras el desayuno, podemos organizarnos como queramos, para seguir descubriendo la ciudad, conocida por su rica herencia cultural, templos históricos y hermosos paisajes.

Un muy buen plan para hoy sería visitar el bosque de bambú de Arashiyama o bien descubrir más rincones del barrio de Gion. El bosque de Arashiyama es conocido por sus altos bambús y la tranquilidad que ofrece. Además, en Arashiyama podemos visitar el puente Togetsukyo y el Parque de Monos Iwatayama. Pasear por el Camino del Filósofo (Tetsugaku-no-michi) es otra idea para el día de hoy. Este sendero, especialmente popular durante la temporada de cerezos en flor, es ideal para una caminata tranquila. Además, conecta varios templos y santuarios a lo largo del río. Por último, ir a un baño termal (onsen) es otra opción. Aunque Kyoto no es particularmente conocida por sus onsen, hay varios baños termales en la ciudad y sus alrededores que ofrecen una experiencia relajante.

Junto a nuestro guía nos dirigimos temprano en transporte público hacia Kanazawa. Hoy tendremos el día libre para recorrer esta ciudad. Kanazawa ofrece una rica mezcla de historia, cultura y belleza natural, y hay muchas cosas que hacer para disfrutar de todo lo que esta ciudad tiene para ofrecer.

Su castillo, sus jardines o los santuarios sintoístas sin duda nos ofrecen hermosos paseos y lugares pintorescos. Podemos conocer el jardín Kenroku-en, considerado uno de los tres jardines más bonitos de todo Japón; o el mercado de Oumicho y el Barrio Higashi Chayagai, un espectacular distrito donde podremos visitar alguna de sus históricas chayas o casas de té para geishas que aún hoy están abiertas al público.

Disfrutar de la gastronomía local es una parte esencial de la experiencia en Kanazawa, así que también podemos hacer un recorrido por la cultura culinaria de la ciudad. Un imprescindible es el Kaiseki Ryori, una comida tradicional japonesa que consta de múltiples platos pequeños, cuidadosamente preparados y presentados. Es una experiencia culinaria que destaca por su atención al detalle y la estacionalidad de los ingredientes. Gracias a su proximidad al mar, Kanazawa ofrece algunos de los pescados más frescos de Japón. El mercado Omicho es un excelente lugar para disfrutar de sushi y sashimi frescos. El jibuni es un plato tradicional de Kanazawa que consiste en pato o pollo cocido en un caldo espeso con vegetales como bambú, champiñones shiitake y gluten de trigo (fu). Es un plato reconfortante y sabroso. Si nos gusta el dulce, no podemos perdernos el wagashi, unos dulces tradicionales japoneses que se sirven generalmente con té. En Kanazawa encontraremos una gran variedad de wagashi, a menudo hechos con ingredientes locales y presentados de manera artística. Finalmente, hay que destacar que en la localidad hay varias destilerías que producen sake de alta calidad. No podemos irnos de Japón sin probar el sake, que puede complementar perfectamente muchos de los platos de la región. Esta ciudad es el lugar ideal para probar el licor por excelencia japonés.

La noche de hoy la pasaremos en Kanazawa.

Seguimos con nuestro viaje. Hoy, después del desayuno, nos dirigiremos a Shirakawago, típico pueblo de los Alpes japoneses, situado entre montañas. Este pueblo Patrimonio de la Humanidad es famoso por las casas de gassho-zukuri que tienen tejados muy inclinados con forma de rezo (dos palmas juntas), diseñados para soportar el peso de nieve acumulada, típica de esta región.  

Tras la visita, continuaremos hacia Takayama por carretera. Takayama es otra localidad situada en los Alpes Japoneses. Es una joya oculta que parece haberse detenido en el tiempo. Su casco histórico, conocido como Sanmachi Suji, alberga antiguas casas de madera que datan del período Edo. Aquí encontraremos calles medievales perfectamente conservadas, templos tranquilos, mercadillos y lugares para probar la gastronomía nipona. Visitaremos la Casa Museo Takayama Jinya, que fue la residencia del gobernador y la oficina regional durante el período Edo. Construida en 1615, funcionó como prisión, oficina de impuestos y tribunal. El edificio presenta una distribución similar a la de un pequeño palacio, con oficinas, un granero y un hermoso jardín. Hoy pasaremos la noche aquí.

Tras el desayuno, tendremos la mañana libre. Si somos madrugadores podemos visitar el Miygawa Morning Market, un mercado matutino diario que ofrece una experiencia de compras encantadora. Productos frescos y hallazgos únicos lo convierten en un perfecto lugar para explorar, pasear y observar a la gente local.

Sobre las 12:00h, cogeremos un tren hacia Nagoya. Durante el camino, disfrutaremos de hermosos y pintorescos paisajes. Al llegar, nos trasladaremos al hotel y tendremos la tarde libre para disfrutar de esta ciudad que nunca duerme. Con una animada vida nocturna, Nagoya tiene actividades para todos. Podremos disfrutar de increíbles vistas de la ciudad desde la torre de TV, visitar el castillo por la noche (rodeado de puestos de comida tradicional, danzas budistas…) o explorar el mercado nocturno de la ciudad, ubicado a orillas del río Horikawa. Las pequeñas linternas que adornan los puestos crean una atmósfera inolvidable que evoca el Japón antiguo.

Pasaremos aquí la noche.

Amaneceremos en Nagoya pero, bien pronto, nos trasladaremos a la estación para tomar un tren bala. Próxima parada: ¡Tokyo!

La capital de Japón es una metrópolis vibrante y dinámica que combina tradición y modernidad. Cuando lleguemos, comenzaremos la visita de esta impresionante ciudad explorando el Santuario Meiji, dedicado al emperador Meiji, cuyo reinado marcó la transición de Japón hacia la modernidad tras el sistema feudal militar y el Shogunato. Este santuario es un remanso de paz y espiritualidad en medio de la bulliciosa ciudad. Después, visitaremos la plaza del Palacio Imperial, ubicada en los terrenos del antiguo castillo Edo. Aquí, podremos sumergirnos en la historia y la majestuosidad de la monarquía japonesa.

Continuaremos por Asakusa, uno de los más antiguos templos de la ciudad. Este templo está dedicado a Kannon, una deidad que fue encontrada en el lecho de un río por dos hermanos. Dentro del recinto de este templo, se fundó un santuario sintoísta de Asakusa, cuyo objeto de veneración son los dos hermanos y el jefe del barrio, fundadores del templo Sensoji. Nuestra siguiente parada es el Tokyo Skytree, que se alza imponente a 333 metros de altura. Sí, ¡un metro más alto que la Torre Eiffel de París!

Finalmente, nos trasladaremos al hotel y tendremos el resto del día libre para seguir descubriendo esta vibrante ciudad. No podemos perdernos la avenida de Ginza, el equivalente tokiota de la Quinta Avenida de Nueva York, donde podremos disfrutar de una panorámica de tiendas de lujo, boutiques y de la vibrante vida urbana.

Tenemos por delante un día apasionante. Tras el desayuno, saldremos hacia el monte Fuji. Este icónico volcán es el pico más alto de Japón, con una altura de 3.776 metros, y es famoso no solo por su imponente altura, sino también por su simetría casi perfecta y su importancia cultural y espiritual en Japón. El Monte Fuji es una maravilla natural y cultural que ofrece una experiencia única a aquellos que lo visitan, ya sea para subir hasta su cumbre o para disfrutar de las vistas desde sus alrededores o explorar la rica cultura que lo rodea.

Nuestra primera parada será el parque Oishi, también conocido como Oishi Kogen. Atrae a visitantes con sus impresionantes vistas del Fuji y su reflejo en el tranquilo lago de Kawaguchi. Sin duda, una imagen que se nos quedará en la retina. Continuaremos por Oshino Hakkai, un hermoso conjunto de ocho estanques, cada uno de los cuales tiene su propia historia y está alimentado por el agua que desciende del monte Fuji. El nombre Hakkai significa “ocho mares”, en referencia a estos estanques. Los edificios con tejados de paja, las ruedas hidráulicas y las vistas panorámicas del monte nos transportarán a otra época.

Después, nos aventuraremos en la subida hacia el monte Fuji a través de una carretera que nos conducirá hasta la Quinta Estación. La Quinta Estación consiste en varios puntos de acceso ubicados aproximadamente a medio camino de la cima. Estas estaciones son puntos de partida populares para los excursionistas que planean ascender a la cumbre. La Quinta Estación más conocida y frecuentada es la Quinta Estación de la ruta Yoshida, ubicada en la cara norte del monte Fuji. A medida que ascendemos, seremos testigos de espectaculares bosques y vistas panorámicas. Finalmente, alcanzaremos una altitud de 2.305 metros. Es el sitio ideal para tomar el almuerzo. Al terminar, volveremos a Tokyo, donde podremos descansar de este día apasionante o bien podemos seguir descubriendo la ciudad.

Tras el desayuno, podremos disfrutar de un poco de tiempo libre en Tokyo. Recuerda que el tiempo disponible puede variar en función de la hora de salida del vuelo.

Todo lo bueno acaba y, a la hora indicada, nos trasladaremos al aeropuerto para coger el vuelo de regreso a casa. Aquí termina nuestro viaje: cerraremos este capítulo con una sonrisa y listos para el próximo destino.